Existen
momentos en la vida, en la que pasamos una prueba de obstáculos continuados con
una gran dificultad. Una vez que creemos que estamos saliendo de esas grandes
vayas a saltar, nos encontramos con obstáculos más altos, bien por enfermedades
o circunstancias que nos llevan a la desesperación.
Es en ese
momento, donde intentamos agárranos a algo, o a alguien que sea más fuerte que
nosotros, dejándole la responsabilidad de nuestros pareceres, además de otros
inconvenientes, sin darnos cuentan del sufrimiento interior y la lucha continua
por esa mano tendida, que nos sujeta desde lo alto de un pozo tirando hacia
arriba día tras día, segundo a segundo.
¿Qué es lo
correcto?, intentar en todo momento tener el pensamiento libre para poder
colaborar con las personas que intentan ayudar en una situación extrema, aunque
a veces nuestro cuerpo lo intente, y no sea posible por las enfermedades contraídas,
u otros motivos que nos desplazan de la sociedad, siendo esta responsable en
muchas ocasiones con su simple silencio.
Es posible,
que en estas fechas de Navidad, la mayoría de la sociedad, reciba como una
pequeña angustia de solidaridad hacia aquellos más necesitados, llegando en
momentos a la tristeza de ver la imposibilidad de poder ayudar, por estar
también en una situación precaria, sabiendo de sobra, que ese simple
sentimiento es suficiente para nuestro pobre consuelo.
Cuando una
mujer coge las riendas de unos Padres y Marido enfermos, además del trabajo por
sus hijos, es digna de elogios por todos los lados, y no solo por esa simple valentía
de cumplir como Hija, Esposa y Madre, a lo largo de todo un intenso año. Es su
lucha constante, la que hace que nos convirtamos en egoístas ante la
dependencia de ella, sin parar a pensar, en sus problemas, sus dolores, su
sufrimiento y otros tantos valores que despiertan su lucha, para convertirse en
un polo positivo con la alegría y su inmenso don de amistada, que hace de
nuestras vidas una tranquilidad intensa, pero al mismo tiempo impensable.
Desde el
año 2008 en mi caso, y desde mucho antes en el caso de mis suegros, esa es la
intensa lucha de mi mujer, la cual, anclándose en hermanas, cuñada, hija, nuera,
sobrinas y amigas, comparte en silencio a lo largo del año su intenso dolor por
la situación que vive, llegando en lo posible con su sacrificio a extremos de
dar en silencio, sin espera a recibir nada a cambio, simplemente le basta con
nuestra presencia.
Hay
momentos en la vida que vamos dejando las cosas para mañana, y así van pasando
los días, meses e incluso años, no por qué entremos en una dejación de la
expresión, más bien por pensar que el velero que nos sostiene tras la travesía
es perpetuo, mientras que las malditas depresiones, no admiten ningún tipo de
cambio en ese buen hacer, siendo más intenso, cuando además observamos desde la
distancia el intenso esfuerzo y desgaste de esa persona.
No solo sirve
con un “Te Quiero”, hace falta algo más por parte de los que somos guiados en
nuestras enfermedades crónicas degenerativas, por una persona noble,
transparente, alegre, pero al mismo tiempo dolorida ante el brusco cambio de su
vida, pasando de una felicidad plena, a una intensa lucha contra reloj, a la
espera desesperada de que nunca ocurra nada.
Pero los
momentos cambian y mientras su cabeza está ocupada con nosotros, además del
dolor ante cualquier situación de otro familiar, el empujón es más fuerte e intenso,
llegando a extremos impensables de lo que puede conseguir un ser humano como
ella.
Pasa de la
política por qué no tiene tiempo de enjuiciar a unos sinvergüenzas que le han
quitado parte de sus derechos, peleando con ilusión ante una respuesta por
parte de la Justicia, que reconozca lo que ella vive todos los días, aunque de
vez en cuando se le escapa algún que otro adjetivo descalificativo hacia esos
que nos hunden más en la miseria.
Hoy sábado
20 de diciembre de 2014, ha recibido una sorpresa más que merecida e inesperada
por parte de sus hermanas Mari y Juaní, cuñada Aní, hija Noelia, nuera Eva, sobrinas
Yolandas, Juana Mari y Ángeles, y como no, alguien muy especial para ella de la
que últimamente sufre o se alegra ante cualquier cambio de su grave enfermedad,
la hermana de su cuñada Aní, “Montse”.
Sería irresponsable por mi parte, señalar a algunos
de estos familiares como más especial que otros, todos son especiales en su
momento, con sus virtudes, a su forma, pero han sabido estar por encima de las circunstancias.
No solo es el hecho de la ayuda, simplemente el acto de entrega, con el que la
cara de felicidad de mi mujer ante tanta presencia, ha hecho que el brillo de
sus ojos reluzca como la luz de una estrella ante una familia más que
entregada.
De esta familia política con sus más que virtudes,
he descubierto día a día, en estos últimos seis años, el sufrimiento, la
entrega, el saber estar en los peores momentos, acompañar de la mano en un
simple paseo a un parque, y muchos momentos de consuelo, no siendo la situación
de ellos muy boyante para ir tirando cohetes, también han pasado lo suyo en
este 2014 que en breve terminara.
Alguno de ustedes es posible que hayan o estén pasando
por una situación parecida o similar, otros por el contrario aguantan unidos en
la angustia o desesperación, habrán miles de casos diferentes, lo que quiero
transmitir en sí, es ese anclaje al que nos agarramos día tras día, para seguir
viviendo. Es muy posible que otros lo estén pasando peor ante la circunstancias
de estar solos/as, sin familia, desamparados, buscando en los contenedores de
basura, con una vida perdida, siendo más que posible el pensamiento egoísta de
algunos, etiquetándolos y marcándolos de una asquerosa culpabilidad hacia
ellos, cosa que sería muy injusta juzgar sin conocer una mínima parte de sus
vidas. Es posible, que en estas Navidades muchos seres de buena voluntad se
acuerden de ellos y no tengan el valor de tirar de ellos, de sacarlos de la
calle, luchar contra marea ante esas enfermedades de alcohol y drogas, es muy
simple decir “Ya no puedo más”, si se puede, y así me lo demuestra mi mujer
todos los días, y no solo ella, altares me faltarían para poner en ellos a mis
cuñados Antonio y Aní, ante la preocupación por mis enfermedades y la
injusticia de mi pensión, además de arrimar el hombro sin ninguna condición, convirtiéndose
en especial para mi mujer, algo que supera el concepto de hermanos.
Por otro lado, está la incansable cuñada Juani,
luchadora, sufridora, habiendo sido capaz de quitarse el plato de comida, para
entregarlo al que lo necesita. Una mujer, que he visto luchar a lo largo de
estos 27 años. La diferencia, no es otra como bien se dicen entre ellas “mi
hermanica de mi alma”, simplemente sufren juntas, y más de una noche no han
podido conciliar el sueño, aunque su lucha, y sus manos, sean un anclaje
perpetuo en donde poder socorrerse, y no hablemos de sentidos económicos,
siendo más simple “el de los sentimientos”.
Del mismo modo que yo tengo mi anclaje, ella cubre
los suyos con el resto de hermanas, hija, nuera, sobrina, y amigas. Es raro el día que no está guaseando pasadas
las 12 de la noche, y ante la pregunta por mi parte siempre recibo una respuesta
incompleta, pues no quiere transmitirme el dolor que en ese mismo instante le
están transmitiendo, aunque de vez en cuando, muy de vez en cuando, me comenta
es……… le ha dicho el médico que esta mejor.
Tengo mucha suerte, demasiada, por muchos males que
algunos me deseen. Dentro de la posible apariencia de presentar soledad, estoy
muy bien acompañado, poco a poco, se ve una luz de esperanza intermitente,
lejana, pero al mismo tiempo cada vez más cercana. Es cierto que hay días y
semanas que el cuerpo manda sobre la cabeza, cosa imposible de evitar, aunque
en algunos dolores, prevalece la fe y la lucha incansable por no agobiar más a
una Gran Esposa, de la que a veces pienso, si otras aguantarían este calvario.
Concluyo con el pensamiento de que otros sufren y
están peor que yo, por los que pido todos los días, en esas vivencias
televisivas de desahucios, robo de derechos y libertades bien sean por un
Gobierno u otro que no ha sabido estar ante las circunstancias de las
necesidades básicas de un pueblo siempre entregado y castigado, por esos niños
que padecen hambre o enfermedades, a los cuales se les recortan sus derechos,
por esos pensionistas que han vuelto a recibir a sus hijos en casa, por los que
se marchan desesperados en busca de una nueva vida, por aquellos que viven en
la calle, y por tantos y tantos Españoles que se ven en la vergüenza del tener
que pedir, cuando simplemente quieren que sus vidas se encaminen para poder mantener
a su familia, además de un largo etc., del que todos sabemos por casos cercanos
o simplemente comentados. Con todos los sentidos puestos en la esperanza de
poder tener la suerte dentro de mis circunstancias, deseo hoy más que nunca,
que los deseos de esta navidad sean cumplidos en familia, aun con el
sufrimiento soportado, para que aquellos que viven sin ese anclaje, puedan
recuperar parte de su dignidad, no teniendo que esperar a la visita de un
hospital o tanatorio, en donde muchas veces se reúne toda la familia.
“Feliz Navidad” y “Prospero año 2015”, esperando que
los deseos de unión y hermandad se cumplan. Gracias por el interés prestado en
esta lectura.