Nada, que veo y
observo que algunos hacen de mis sentimientos la intuición de una vida eterna,
como si los pecados del mundo fuesen todos míos, pudiera ser, que la próxima
muerte o crisis mundial, se me fuera a colgar a mis espaldas.
Pero después de
tantos años, aparte de que me resbale, no se como algunos todavía me aman
tanto. Pero mira por donde, que la única herencia que e tenido a bien obtener
de mi madre, es más grande que el patrimonio económico o intelectual de algunos
embusteros, y si, es grande la herencia, pues me he puesto manos a la obra en
leer la Sagrada Biblia que tanto le pedí a ella en vida.
Al llegar al
Libro de la Sabiduría, descubro que los antepasados pensaron en mi, sobre todo,
por que la justicia es inmortal. Es muy difícil que el pasado vuelva a la vida
de una persona, pero no lo es, que ante las infamias, el presente haga que esas
personas sean descubiertas en sus falsedades, calumnias y la in comunión de la
fe, y el perdón.
Y resulta, que
de los pescados terrenales, aparte del arrepentimiento, solo tengo que darle
cuentas a uno, el cual será justo en su decisión. No tengo previsto y nunca ha
sido de mi estilo, ir falsamente a misa, con el único objetivo de que otros
notaran mi presencia. Cuando asisto, lo hago en silencio, sin llamar a la
puerta, sin hacerme notar, como una oveja más que ha de ser guiada en las
palabras del buen pastor.
En ella,
disfruto como un cosaco, sobre todo cuando los niños que se preparan para su
comunión, comienza una canción, de la cual, con buena o mejor voz, participo
ilusionadamente..."caminaremos los dos, en un mundo ideal, construiremos
los dos el amor".
Estos días de
cuaresma, se tiene que vivir la pasión, muerte y resurrección, en silencio,
hablando solo con Jesús. No se puede presumir de ser bueno, cuando en realidad
se miente en la vista de la observancia, por ello, es imprescindible la
sensatez, ya, que las mentiras piadosas, se convierte en lengua vi porosa.
Pero que mejor expresión, la encontrada en SIRÁCIDA, EN SU PRIMERA PARTE 6..."La
Verdadera amistas. Palabras dulces multiplican los amigos, la lengua afable
multiplica buenas relaciones. Que sean muchos tus amigos, pero uno entre mil tu
consejero.
Si tienes un amigo, comienza por probarlo, y no te confíes presto a él. Porque
hay amigos de ocasión, que no te son fieles el día de la tribulación. Hay
Amigos que se vuelven enemigos, y descubrirán tus enredos para tu
vergüenza.
Hay amigos compañeros de mesa, pero no te son fieles el día de la tribulación.
Mientras van bien las cosas será otro tú y se mostrará afable con tus
servidores; pero si eres humillado, se volverá contra ti y se esconderá de tu
vista.
Apartarte de tus enemigos, y ten cuidado con tus amigos. Un amigo fiel es
escudo poderoso; el que lo encuentra halla un tesoro. Un amigo fiel no se paga
con nada, no hay precio para él. Un Amigo fiel es bálsamo de vida, los que
temen al Señor lo encontrarán.
El que teme a Dios cuida bien sus amistades, porque como es él así será su
amigo"(1).
Después de leerlo tranquilamente, cada uno puede llegar a la
reflexión del paso de los supuestos amigos a lo largo de la vida, otras veces,
este tipo de amistades hace de uno mismo el SILENCIO DEL CORDERO, por el bien
general de los demás, velando porque las injusticias de los que en algún
momento se llaman cristianos, no entren en el circulo de vergüenza, pero para
ello, uno tiene que ser moderado en la rapidez de lo que se escucha, y lento,
en las respuestas.
Pero entonces, ¿que ocurre con aquellos que presumen con orgullo?..."No
guardéis rencor al prójimo por ninguna injusticia, ni hagáis nada movidos por
la pasión. La soberbia es odiosa delante del Señor y de los hombres, para los
dos la injusticia es un delito. Los imperios pasan de unas naciones o manos a
otras, a causa de las injusticias, el orgullo es la avaricia. ¿De qué se
ensoberbecerá el polvo y la ceniza, si ya en su vida sus intestinos están
llenos de podredumbre?.
Una larga enfermedad se burla del médico; hoy es el rey, y mañana está muerto.
Al morir el hombre, recibe en herencia reptiles, bichos y gusanos.
El principio de la soberbia es apartarse del Señor y tener alejado el
corazón de su alrededor. Porque el principio de la soberbia es el pecado, el
poseído por ella hace llover calamidades. Por eso el Señor envió extraños
castigos y los redujo a la nada.
El Señor arranca de raíz el trono de los potentes y hace sentar en su lugar a
los mansos. El Señor arrancó las raíces de las gentes y plantó en su lugar a
los humildes. El Señor asoló el territorio de las gentes y las destruyó hasta
los fundamentos de la tierra. Arrancó y aniquiló a algunos, e hizo desaparecer
hasta su memoria de la tierra. No se creó el orgullo para el hombre, ni la ira
furiosa para el nacido de mujer"(2).
Después de estos consejos tan sabios, el Silencio de los Corderos, continuaba
hacia los demás, sin ningún tipo de miramiento personal. No se puede portar la
cruz en el pecho, y mirar hacia otro lado, no se puede llorar ante la voz rota
de la Salve, mirando a la madre y luego olvidarte de ella, no se puede humillar
por las buenas, porque al humillar, dejas de ser cristiano, por lo que la fe,
convirtiendo esta en intereses, sin depositarla sobre los hombres. Hay que
aprender de todos los que dejaron el sillón vacío, sin ningún tipo de
llamamiento a los demás, no se puede predicar con Jesús a la vista de los
demás, y traicionar a un hermano.
Pero al final de todo tenemos que aprender los que son Verdaderos y falsos
amigos..." No se puede conocer al amigo en la prosperidad, ni en la
adversidad se puede esconder al enemigo. En la prosperidad de uno de sus
enemigos se entristecen, pero en su desgracia aun el amigo lo abandona.
No confíes en tu enemigo jamás, porque su maldad es como el bronce que se
oxida. Aunque se muestre humilde y obsequioso, ponte sobre aviso y guardarte de
él. Haz con él como quien limpia un espejo y veras que no estaba todavía
totalmente oxidado.
No lo pongas junto a ti, no sea que te derribe y ocupe tu puesto. No lo sientes
a tu derecha, no sea que te quite la silla; entonces comprenderías mis consejos
y te lamentarías al recordar mis advertencias.
¿Quién se compadecerá del encantador mordido por la serpiente y del que anda
con fieras?. Así es quien se acompaña del delincuente y se mezcla en sus
delitos. Mientras te mantengas en pie, no te traicionará; pero si te ve
vacilar, no se refrenará más.
El enemigo habla con halago, pero en su corazón maquina arrojarte en la fosa.
El enemigo tiene lágrimas en sus ojos, pero si llega la ocasión no se saciará
de sangre. Sacudirá la cabeza, batirá palmas, y murmurando entre dientes
cambiará el semblante"(3).
Después de todo, la herencia recibida por mi madre es universal e
infinita, la pena, como todo en la vida, es que no hubiera cogido antes sus
consejos, seguro que más de un suceso de mi vida hubiera sido vivido de otra
forma, con otra objetividad, sin guardar silencio a tantos destrozos e
ilusiones vividas. Siempre me empecinaba en las típicas y populares palabras
"el tiempo pondrá a cada uno en sus sitio", pero en si, las propias
palabras, no te hacen mejor que los demás, ya que deseas venganza,
convirtiéndote en uno más del pelotón de ejecución.
Yo no soy nadie para emitir sentencias sobre las vidas de otros, pero los
ejemplos siguen vivos en la escrituras, consiguiendo paz interior.
"No hagas el mal, y el mal no te dominará. Apártate de la
injusticia, y ella se alejará de ti. No siembres en surcos de injusticia, para
que no coseches de ella siete veces más. No pidas puestos de Gobierno, ni al
rey silla de honor. No te justifiques ante el Señor, ni te hagas el sabio ante
el rey.
No pretendas ser juez si no tienen fuerza suficiente para reprimir la
injusticia, no sea que te acobardes ante un poderoso y pongas en peligro tu
rectitud.
No ofendas a la asamblea de la ciudad, ni te rebajes ante el pueblo. No te ates
dos veces con el pecado, pues no quedarás impune ya en la primera.
No digas: <<Dios considerará la multitud de mis ofrendas; cuando yo se
las ofrezca al Dios altísimo, las recibirás>>. No seas impaciente en tu
oración y no descuides al hacer limosna.
No te burles del hombre que yace en amargura, porque hay uno que humilla y
levanta. No levantes mentiras contra tu hermano, ni lo hagas tampoco con tu
amigo. Guardarte de decir mentira alguna, porque no puede resultar nada bueno.
No seas hablador en la asamblea de ancianos y no repitas palabras en tu
oración. No aborrezcas la labor fatigosa, ni el trabajo del campo por el
altísimo instituido. No te cuentes entre el número de pecadores, recuerda que
el cólera no tardará. Humíllate profundamente, porque el fuego y los gusanos
son el castigo del malvado"(4).
Cuando el cordero va al matadero, lo hace majestuosamente en
silencio, sabiendo que es el ultimo viaje terrenal, asumiendo el contenido de
la muerte como principio de vida, pero a veces, el silencio se rompe por alguno
que quiere sobresalir en este viaje.
Una de las
tareas de la propia vida, consiste en variar los rasgos no esenciales del
contexto de aprendizaje para que no dominen los contenidos. Asimismo, puede ser
muy útil hacer que los amigos se fijen en los rasgos que son relevantes, y a
través de pistas los descubran.
Hay personas que
afirman haber olvidado todo lo que aprendieron en la escuela. Es cierto que una
parte parece haberse perdido para siempre, pero hay otra parte que no, que está
enterrada en los archivos clasificados, como “COLEGIO”, archivos que nadie pide
consultar o que no se quieren recordar. La palabra “COLEGIO” sería el
desencadenante, pero las circunstancias raramente la activan. Si llevamos a
estas personas a su antiguo colegio, después de 20 años, y las sentamos en sus
antiguos pupitres, tanto ellas como nosotros nos sorprenderemos del almacén de recuerdos que sigue
abierto. El amigo que quiere ser competente en la vida real y no ficticia,
tiene que ser consciente de mantener una amistad pura y real, sin esperar
nada a cambio, de lo contrario, esa amistad se encuentra más muerta que
viva, aun entendiendo que del muerto también se aprende a morir, llevándose
consigo mismo la subjetividad de los amigos, en silencio, como un buen Cordero.
1- La Santa
Biblia - Sirácida - Primera Parte - La Verdadera Amistad - 6.5-6.17
2- La Santa
Biblia - Sirácida - Primera Parte - El Orgullo - 10.6-10.18
3- La Santa
Biblia - Sirácida - Primera Parte - Verdaderos y Falsos Amigos - 12.8-12.17
4- La Santa
Biblia - Sirácida - Primera Parte - Sentencias Varias - 7.1-7.17